CONIL DE LA FRONTERA

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CONIL

ANDALUCÍA

ESPAÑA

Reseña Histórica

        Desde tiempos remotos la costa atlántica desde Cádiz a Gibraltar estuvo poblada por fenicios, tirios y norteafricanos. A la sombra del comercio de una colonia fenicia como Gadir, no resultaría extraño el nacimiento de nuevos focos de población a lo largo de esta costa, que por su escasa entidad, no han llegado a nuestro conocimiento.

        Los datos sobre el Conil antiguo son escasos o casi inexistentes y la ausencia de restos arqueológicos nos priva de hacer conjeturas o hipótesis sobre la posible ciudad antigua.

En la actualidad sólo tenemos los escasísimos datos que nos facilitan las fuentes escritas griegas, romanas y árabes.

        La Ora Marítima de R.F. Avieno, del siglo VI antes de Cristo, nos describe las costas del sur de la provincia de Cádiz y nos menciona el nombre de las gentes que habitaban esta zona: Los Cilbicenos; pueblo sometido al Imperio de Tartesos que habitaban junto al río Cilbo, llamado hoy Salado de Conil.

        Tras la desaparición de la hegemonía fenicia, los cartagineses cuidaron las colonias existentes y fundaron otras nuevas con vista a la fabricación de los salazones de atún y otros pescados como nos refiere el mencionado

      Avieno. Otros autores afirman que por estas fechas existió una población cartaginesa en nuestro término municipal a la que identifican con el nombre de CYBYON, o Cimbilis.

          En el siglo XVI, Méndez Silva, en su obra ´´Población General de España´´ nos dice que no existe memoria sobre el Conil antiguo y que él cree que no fue fundado por los Celtas sino por los túrdulos andaluces.

          De las fuentes literarias romanas tenemos los datos que nos proporciona el geógrafo Estrabón, que recorrió esta zona sur peninsular y nos dice que estaba habitada por los túrdulos o turdetanos ( que tiene toda clase de frutos y muy abundantes) y que de ella se exportaba ¨"trigo, mucho vino y aceite... cera, miel y mucha cochinilla". Alude Estrabón a la gran abundancia de conejos en esta zona y Adolfo de Castro comenta que

      Conil puede tener origen en "Conillos" voz de baja latinidad que significa vivar de conejos.

          En la época romana un camino militar bordeando la costa iba desde Málaga a Cádiz. Se llamaba Vía Heráclea porque conducía al templo de Hércules, en Sancti-Petri. Dentro del término de Conil se encontraba una de las muchas estaciones o lugares que tenía el recorrido de esta calzada romana: Mercablum o Mergablo, cuyo emplazamiento no ha podido ser descubierto aún.

          Como vestigios de toda esta época antigua nos queda la necrópolis fenicia de la Huerta del Sol, las numerosas monedas romanas encontradas en la huerta del Majadal de Bustos, en la zona de Barrionuevo, y las lápidas funerarias encontradas en la hacienda del Molino de Buenavista. En el Museo arqueológico de Cádiz se custodia una moneda en bronce con la cabeza de Hércules en el anverso y dos atunes en el reverso, que fue hallada en Conil.

         Por último hacer mención de las numerosas tumbas puestas al descubierto en el año 1889 con motivo de la explanación de la actual plaza de Santa Catalina, frente a la Torre de Guzmán, que por su contenido en objetos de cristal y barro, la tipología de los enterramientos y demás circunstancias, fueron consideradas anteriores a la Era Cristiana. No faltan vestigios, pero en la actualidad seguimos en el campo de las hipótesis acerca de toda la historia antigua de Conil, ya que la ausencia de investigaciones arqueológicas nos priva de conocer una época de nuestro pasado.

          Caído el antiguo Imperio Romano, la zona de Conil pasa a ser un lugar inseguro, difícilmente poblado, lugar de paso de sucesivas invasiones de escasa duración como las de los vándalos, bizantinos y visigodos; período que culmina con la invasión árabe del año 711.

          Para la dominación musulmana la ausencia de datos relativos a Conil es absoluta. Tras la rápida conquista peninsular la zona de Conil pasa a formar parte de la "cora de Sidonia", distrito militar y administrativo al que pertenecerá hasta la conquista cristiana.

          Santos y Velázquez-Gaztelu, en su obra sobre Conil, publicada por la Diputación de Cádiz en 1988, nos describe este período histórico: "Sin ninguna duda, la zona del actual término municipal y tal vez la misma villa que hoy conocemos, estuvo poblada, no sabemos desde cuando, por población musulmana dedicada a tareas agrícolas y pesqueras. La toponimia del reparto cristiano de Conil nos habla de aldeas o alquerías musulmanas situadas en nuestro término, como Gelin, Mejinas, Benahocin o el mismo Conil".

          La arquitectura del Conil actual presenta ciertos rasgos musulmanes en sus calles, arcos y patios de sus casas."Quizás la villa surgida a raíz de la conquista cristiana, que es la que hoy existe, fuera edificada sobre los restos del Conil musulmán, aprovechando para ello sus materiales y formas constructivas, algunas de cuyas pervivencias han llegado hasta hoy".

          Sólo la toponimia y la arquitectura parecen atestiguar un pasado que quizás, desgraciadamente, se haya perdido para siempre.

          La conquista de Sevilla en 1248 por el rey Fernando III marcó el inicio del éxodo musulmán de estas tierras del sur peninsular.

          La victoria cristiana de 1265 sobre la población mudéjar creó una línea divisoria en el territorio recuperado que recibió el nombre de frontera, topónimo que fue añadido a los nombres de las poblaciones del lugar como Arcos, Jeréz, Chiclana, Conil y Vejer, que a partir de entonces fueron conocidos como de la frontera.

          En el reinado de Sancho IV se inicia la repoblación castellana de Conil y de lo que hoy es su término municipal.

          Los reparto de tierras fueron realizados en el año 1288 y en el 1293, continuando posteriormente, motivado por los continuos abandonos de los pobladores, hasta el año 1318.

          Un hecho de vital importancia para Conil se produjo con su entrada en el señorío de D. Alonso de Guzmán. El 20 de Octubre de 1299, por privilegio rodado otorgado por el rey Fernando IV, Guzmán el Bueno recibe en pago de sus servicios a la corona, la aldea de Conil, para poblarla, fortalecerla y ampararla.

          Este hecho fue el punto de partida del Conil moderno que hoy conocemos. Fue el primer señorío, el más antiguo que D. Alonso obtuvo en esta comarca, primera piedra del poderoso monopolio pesquero de la casa de Guzmán.

          Pedro de Medina, en su Crónica de los Duques de Medina Sidonia, nos habla sobre el inicio de la repoblación señorial de esta aldea: "Este lugar era de pocos vecinos, y como don Alonso comenzó a armar las dichas almadrabas, pareciéndole que este lugar aprovecharía para la guarda de la gente dellas, hizo aquí un castillo con sus muros y torres, y en medio una torre fuerte y grande muy bien labrada,como hoy parece, que se llama Torre de Guzmán... así quedó después llamarse la villa de la Torre de Guzmán.".

          La nueva población fundada por don Alonso fue establecida en lugar distinto al de la antigua aldea musulmana. La nueva al norte del río salado, donde hoy la conocemos y la antigua quedó al sur de dicho río, en la zona llamada conilejo o conilete.

          Las circunstancias del momento no ayudaron al poblamiento, pues además de los problemas generados por las escaramuzas en la zona fronteriza, la escasez de cosechas y ganado provocaron pestes y enfermedades que diezmaron la cuarta parte de la población. A pesar de estos condicionamientos adversos, las almadrabas alcanzaron tal auge que en el año 1356 fueron visitadas por el rey Pedro I de Castilla y según nos relata el cronista Barrantes, la renta de esta producción a la casa de Niebla era de 20.000 ducados anuales.

          El freno al desarrollo de la industria almadrabera y al crecimiento de la población seguía siendo el recrudecimiento de las tensiones fronterizas con el reino de Granada que desde Gibraltar atemorizaba estas costas con constantes pillajes y piraterías. Debió de quedar con escasa población lanueva villa pues en 1411 el conde de Niebla relanza de nuevo la repoblación del lugar con vecinos de Jerez de la Frontera. Les ofrece condiciones muy favorables para facilitar sus nuevos asentamientos, lo cual supuso el otorgamiento de una verdadera carta puebla a base de concesión de privilegios, mercedes y exenciones que serían posteriormente en el siglo XVI fuente de pleitos entre los vecinos y la casa ducal.

          En 1456 otro monarca visita Conil, Enrique IV, atraído por el renombre alcanzado por las almadrabas, en las que se decía que se capturaban 100.000 atunes al año más o menos, cifra exagerada pero reveladora de la gran importancia de la pesca del atún. La segunda mitad del siglo XV supuso la consolidación de la nueva villa, la organización de su consejo municipal, el aumento espectacular del número de vecinos, la puesta en cultivo de nuevas tierras, el relanzamiento de la ganadería y la agricultura. Los condes de Niebla y sus sucesores los duques de Medina Sidonia confirman los privilegios concedidos a los vecinos y les otorgan otros nuevos, aumentan las tierras del consejo facultándolo para repartirlas entre los vecinos sin pagar pensión o renta alguna. Todo lo que llevara a un mejor poblamiento y engrandecimiento de la villa era concedido a los vecinos con placer por los señores, con la sola obligación de ir a trabajar a las almadrabas.

          El siglo XVI se inicia con cierta crisis provocada por las luchas nobiliarias entre los Ponces de León y los Guzmanes que repercutieron negativamente en la industria de la almadraba.

          El sometimiento de la nobleza al poder real implantado por los Reyes Católicos, favoreció la aparición de reivindicaciones populares, pleitos de los vecinos contra los señores ante la autoridad real. De 1492 data el primer pleito que las villas unidas de Conil, Vejer y Chiclana plantean al duque D. Juan Alonso con motivo de los derechos de carga y descarga en sus puertos.

 La crisis de las almadrabas provocó un aumento de los impuestos y la creación de otros nuevos, a lo que los vecinos se opusieron esgrimiendo  los privilegios y franquezas otorgados a la villa en tiempos pasados.

           Pleitos que la libertad y apertura del nuevo reinado facilitaba plantear.

          Para proteger a la población, el duque don Juan la mandó cercar de tapias en el año 1502, lo que no impidió que el día 21 de Julio de 1515 la villa sufriera un ataque de moros que ocasionó la muerte y el cautiverio de un gran número de vecinos.

          Otro auge de las almadrabas se detecta a mitad del siglo XVI lo que provoca, unido al aumento de la seguridad de la villa, un crecimiento espectacular de la población que triplica su número, situándose a finales del siglo en 1.800 habitantes y a mediados del XVII en 2.700. A este auge  se suma el crecimiento espectacular de la producción de cereales, trigo sobretodo, que se experimenta en este período. El aumento productivo fue debido al desmonte y roturación de gran número de tierras de los propios, comunes y baldíos realengos. Desde la mitad del siglo XVI a finales del XVII Conil conoce su siglo de oro, época de máximo apogeo y florecimiento que hace que la villa se configure definitivamente, convirtiéndose en un  importante centro económico de la época.

          El siglo XVIII comienza con un decaimiento en las almadrabas, pero la villa sigue creciendo gracias al aumento de la ganadería y la agricultura, el olivar y la vid. El comercio comarcal de pescados, granos, cal y tejas, dio lugar al nacimiento de una de las grandes ocupaciones del conileño: la arriería. Al final del siglo Conil tenía 4.000 habitantes.

          A partir de la segunda mitad del siglo XVIII la presión fiscal de la casa ducal aumenta sobre los vecinos y los poseedores de tierras, como consecuencia de la pérdida por los señores del impuesto de las alcabalas, que revierte a la corona. Para recuperar parte de los ingresos perdidos, el duque intenta la usurpación de bienes del consejo y baldíos, como el Prado de los potros, los Tornos o incluso la Dehesa de Roche, que en el año 1775 es cedida a la familia Campana, con la fuerte oposición de los vecinos, que la recuperaron después de un largo pleito.

          La nueva organización municipal propiciada por la política regalista de la Monarquía creó la figura del Síndico Personero, especie de abogado defensor en los pueblos de señoríos, por medio del cual, pueblos como Conil pudieron encauzar la oposición frente al señor y siendo en muchas ocasiones los promotores de la lucha antiseñorial de la época.

          Una gran sangría económica supusieron para el municipio las guerras exteriores de la Monarquía, otra circunstancia más que unida a las anteriores provocaron la desgracia del municipio y sus vecinos por las nsoportables cargas que tuvieron que padecer. Así pues, al comienzo del siglo XIX Conil presentaba una situación económica lamentable a la que viene a poner la puntilla la invasión francesa.

          El siglo XIX es para Conil un siglo decadente que comienza con la ocupación francesa que arruina al municipio y a su población. Pero no todo fue negativo ya que consecuencia de la invasión francesa con sus aires liberales fue el decreto de las Cortes de Cádiz que suprimió el régimen señorial vigente durante más de 500 años. Es el siglo de la lucha antiseñorial y de la lucha por la tierra, el de la desamortización, el de la consolidación de la oligarquía agraria y el de la aparición de los jornaleros sin tierras. Se crea también un minifundismo agrario, base del actual, que se formó a partir de los repartos de tierras habidos desde 1.770 hasta 1.854, período en el que fueron asentados más de 700 agraciados en suertes de tierra de entre 3 a 4 aranzadas.

          Las desigualdades sociales y las malas cosechas provocaron a finales del siglo y comienzo del XX, continuas situaciones de conflictos y desórdenes públicos, consecuencia de la espantosa miseria que vivía gran parte de la población.

          A partir de la primera guerra mundial la población experimentó cierta mejoría, al tomar las autoridades mayor conciencia de la suerte de la clase obrera. Desde comienzo del siglo XX se inicia lo que podríamos llamar turismo, la llegada de familias sevillanas a pasar temporadas de veraneo o a tomar baños de aguas minero-medicinales en el manantial de la Salinilla, de propiedad municipal, declarado de utilidad pública el año 1897.

          Para frenar la emigración y facilitar el sustento de numerosas familias de jornaleros pobres, se procedió por el Ayuntamiento de 1923 al reparto de nuevas tierras, creándose la colonia agrícola de Barrionuevo,  primera zona del término productora de hortalizas en la actualidad. Estos repartos continuaron en 1932 con 49 parcelas repartidas en Roche y finalizando con el gran reparto de 300 hectáreas de la Dehesa de Roche en el año 1949 adjudicándoselas a 150 familias.

          En la actualidad el 50% del suelo del término se dedica a cultivos de hortícolas, cereales y remolacha fundamentalmente. El sector hortofrutícola es el más importante de la agricultura conileña.

      La pesca ocupa a 500 familias de la población y en los años ochenta ha visto cumplida una de sus grandes reivindicaciones: la construcción del puerto pesquero.

         El sector de la construcción y los servicios está adquiriendo cada vez más importancia debido al potencial turístico de Conil. Gran cantidad de pequeños bares y comercio se mantienen de la época veraniega.

          El turismo, a ritmo incesante desde los años sesenta, se ha convertido en una importantísima fuente de ingresos para la población, debido a su situación geográfica privilegiada, su magnífico clima, sus excelentes  playas y el encanto natural de sus vecinos. Últimamente se vislumbra un  boom turístico de ventajas manifiesta para una población con sus sectores productivos básicos en crisis, a los que hay que potenciar y cuidar. No  hay que perder de vista que la riqueza de Conil está en su agricultura y  su pesca. El turismo es un diamante en bruto al que ya es conveniente  explotar, no perdiendo de vista que puede ser un gran complemento  socioeconómico, pero no una finalidad.

 

      Los monumentos

            Hospicio de la Misericordia

            Iglesia Mayor de Santa Catalina

            El Convento Nuestra Señora de las Virtudes

            La Torre de Guzmán

            Las Torres Almenaras de la Costa

            La Puerta de la Villa

             Las Casas Consistoriales

 

      ERMITA DE NUESTRO PADRE JESÚS Construida en 1592 por la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno adosada al hospital de la Misericordia. El  maestro albañil fue Mateo Hariza y, Francisco de Medina y Bartolomé Hernández Ramirez, mayordomo y hermano mayor respectivamente. Fue techada  con vigas de madera traída desde Sanlúcar de Barrameda. En su interior se da culto a los titulares de la hermandad, Nuestro Padre Jesús Nazareno y  Nuestra Señora de los Dolores. La talla del Nazareno es obra del maestro escultor Francisco de Villegas quien la realizó en 1632 por encargo de Francisco González, mayordomo de la cofradía. Su coste fue de 632 reales de vellón incluido el importe de las andas para sacarlo en procesión.

      Dentro de la ermita se encuentra una capilla con su cancel de hierro y altar dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe, costeada en 1720 por el mecenas D. Miguel Calderón de la Barca, natural de esta villa, consejero en el Consejo de Indias de su majestad y gran bienhechor de las iglesias de esta villa. Procedente de la parroquia de Santa Catalina se encuentra depositada en esta ermita la imagen de San Sebastián, patrón de la villa, talla de gran valor del escultor Pedro Daín fechada en 1588. Según la tradición popular esta imagen se veneraba en una ermita, hoy desaparecida, que se encontraba en el lugar conocido por "El Santo". Poca documentación existe sobre esto, pero sí podemos afirmar que en 1589 eran hermanos mayores de la hermandad de San Sebastián, de la villa de Conil, Gómez García Moreno y Pedro González-Manuel, regidores de su ayuntamiento, todo lo cual consta en una escritura de poder otorgada en dicho año ante el escribano Pedro de Morales.

      ERMITA DEL ESPÍRITU SANTO Fue fundada y construida por los esposos Antón  Manuel y Leonor Gil en el año 1586 para "Mayor Gloria de Dios, alivio de sus conciencias y descanso de sus cuerpos". El lugar donde se encuentra construida la capilla fue donado a Antón Manuel, regidor del ayuntamiento y capitán de milicias, por el duque de Medina Sidonia. En dicho solar estuvo la primera Torre atalaya que los duques levantaron para auxilio de las almadrabas.En esta capilla se da culto a la Virgen del Carmen de gran devoción por las gentes de la mar, pescadores y marineros. Un inventario en 1900 nos dice que se componía la ermita de una nave con bóveda de medio cañón, sacristía, patio y habitaciones de la santera. Su altar lo presidía un lienzo de la Inmaculada. Durante gran parte del presente siglo estuvo esta capilla en un estado de gran abandono, sin culto y dedicada a otras funciones como alojamiento de tropas después de la guerra civil. Fue restaurada en los años sesenta. Su campana, aunque cascada, está fechada en 1632, siendo la más antigua de todas las iglesias de la villa.

      EL BALUARTE El recinto amurallado tenía en sus ángulos y esquinas unos contrafuertes o cubos utilizados para disponer en ellos puntos de vigilancia y de defensa con piezas de artillería,. Uno de estos, que incluso ha dado nombre a una calle, se puede contemplar magníficamente restaurado, en el nº 26 de la calle Extramuros

      LA CASA CÁRCEL Un documento del archivo municipal indica que después de la torre de Guzmán, el edificio más antiguo de la población es el que actualmente ocupa la Jefatura de la Policía Municipal. Fue construido para casas capitulares, para las reuniones del Cabildo y cárcel. Hasta la invasión francesa estuvo dedicado el edificio a su función primitiva, pero tras la ocupación "quedó inservible, incendiada y sin puertas", lo que  motivó que las reuniones del ayuntamiento se realizaran en la casa del corregidor, en calle Hospital nº 2 ó en la del escribano y el resto de oficinas municipales en casas de alquiler.

      CASA DEL CONDE DE LAS CINCO TORRES Enfrente de la Puerta de la villa se encuentra esta casa construida en 1779 por D. Sebastián Sanchez Franco, cargador de Indias en el comercio de la ciudad de Cádiz, natural de esta villa. La construyó como residencia veraniega, moda de la burguesía comercial gaditana de la época. Hecha a imagen y semejanza de las casas  gaditanas, es la única de todo Conil que tiene aljibe para recoger agua de  lluvia, cosa insólita en esta población que siempre ha tenido agua de pozo  potable. Era la casa particular de mayor tamaño, con dependencias  principales, para criados, almacenes, caballerizas e incluso algunas dependencias dedicadas al comercio. En Conil se conoce a esta casa como la casa del Peoro, apodo de D. Diego Muñoz Rodríguez, rico propietario que la compró en 1859 a D. José Luis Feduchy y Martí, conde de Cinco Torres. D. Diego tuvo cuatro hijas y por sucesivas herencias y particiones la casa se ha convertido hoy en una casa de vecinos con numerosos propietarios e  inquilinos.

      MESÓN DEL DUQUE  En la calle Virgen nº 3 se ubicaba la casa-mesón que los duques de Medina Sidonia tenían en esta villa. Cumplía la finalidad de mesón, fonda, atahona y tienda de víveres. En su portada de piedra tiene grabado el escudo de calderas de los Guzmanes, sello de propiedad que los duques mandaban colocar en las propiedades menores. 

     Esta finca perteneció a la casa ducal hasta 1875. Recientemente ha sido rehabilitada y en su restauración se ha respetado fachada, portada, pozo y la distribución del primer patio donde se colocó un azulejo recordatorio del pasado dela casa.

      CASA DE ARRAFAN En la Plaza de España nº 2 tenemos una muestra de la casa barroca de mitad del siglo XVIII. Fue construida para D. Bartolomé de Arrafán y Valdés, comisario de Marina, abogado de los Reales Consejos, corregidor y capitán de guerra de esta villa. Todo un personaje, auténtico cacique, representaba en Conil a la casa ducal de manera tan eficiente para la misma, que se ganó el odio de todo el pueblo.Su escudo de armas es el que hoy se encuentra en el dintel de la puerta principal.

      Vivienda y Urbanismo, calles y plazas

          En los alrededores del castillo fue surgiendo la villa de forma anárquica. Las casas se fueron construyendo a lo largo del Camino de Cádiz y del camino hacia el puente que cruzaba el prado. Esto dio lugar a las dos primeras calles de la población: la calle Cádiz y la calle Ancha.

          En estas dos calles y sus alrededores se sitúan las casas más antiguas, casi todas desaparecidas y que en la mayoría de los casos consistían en fincas rectangulares con portada de piedra arenisca a la que  seguía o no, casa puerta o zaguán, habitaciones a ambos lados de un patio, compuestos de sala y alcoba y la escalera que subía al soberado, pequeño almacén multiusos y al fondo un pasillo donde normalmente se encontraba la  cocina común, que conducía al corral, donde se ubicaba el retrete y las cuadras con sus trojas encima para guardar la paja, donde incluso criaban gallinas y cerdos.

          En estas casas solían vivir de dos a cuatro familias que a su vez eran parientes entre sí. Eran casas de una sola planta, salvo las que tenían soberados.

          En la zona más cercana a la Plaza Mayor de Santa Catalina se construyeron sus casas las familias que servían al Duque y las que ocupaban cargos en el Ayuntamiento. Eran casas para un solo propietario con algo de más lujo en sus fachadas y mejores materiales de construcción.

      Normalmente eran de dos plantas. En la parte baja había: casapuerta, patio central o lateral, habitaciones para pasar el día, sala, cocina y comedor; en la parte superior los dormitorios. Un segundo patio comunicado con el primero por un largo pasillo, llamado patinillo o patio trasero que albergaba los lavaderos, el retrete, las cuadras y graneros.

          Las calles, adaptadas a un suelo con desniveles son intrincadas, tortuosas en muchos casos, que no mantienen la misma anchura a lo largo de su recorrido, todo consecuencia de falta de planeamiento en la época medieval, donde cada uno se hacía la casa donde podía.

          Cuando en el siglo XVI la población se desborda por el crecimiento demográfico originado por el gran auge de las almadrabas, se trazan cuatro calles nuevas, esta vez manteniendo anchura y trazado rectilíneo como son las de San Sebastián,Virgen, Prieta y Carrera larga.

          A mediados del siglo XVIII se da un nuevo movimiento constructivo según nos informan las peticiones de solares al ayuntamiento que se registran en las actas capitulares. Estas peticiones son fundamentalmente para la zona del Espíritu Santo, Molino de viento y Carretería, entre las  calles San Sebastián y Carrera larga.

          Al mismo tiempo numerosas fincas son derribadas en las mejores zonas  para construir nuevas casas por la burguesía local en la Plazuela, calle  del Teniente, Napolitano y zonade la puerta de la Villa, a donde paulatinamente se iba trasladando el centro de la Villa.

          Hasta 1965 el aspecto urbano de Conil permaneció intacto. El desarrollo urbanístico iniciado en esos años para atender la demanda turística y como reflejo del bienestar que a nivel nacional se iba produciendo en la sociedad, han dado lugar a un crecimiento anárquico de  la población, mezquino en el trazado de sus calles, todo en manos de la iniciativa privada sin la debida tutela de los ayuntamientos que se han ido sucediendo.

          Fruto de todo ello es que en el Conil actual se han formado zonas urbanas impropias de los tiempos en que vivimos, verdaderos "guetos", que han dejado en pañales a los barrios de la judería de la Edad Media.

            Plaza de la Constitución, El Portillo, Alta, Puerta Cai, Calle Cádiz, Hospital, Plaza de Santa Catalina, Calle Padre Caro, José Velarde, Gabino Aranda, Capitán Pérez Moreno, Calle Virgen, Plaza de España,. Plaza de Andalucía Calle Ancha, San Sebastián, Baluarte prolongación de la anterior, recibe su nombre de un contrafuerte o torreón que hacía esquina en la muralla que llegaba a la puerta de Cádiz. Actualmente se encuentra este baluarte espléndidamente restaurado en la casa nº 26 de la calle Extramuros, pudiendo ser observado desde la misma calle.José Tomás Borrego Conocida de siempre por la calle del Peñón, a finales del siglo pasado, en 1887, recibió el nombre del jefe del partido conservador de la Villa, alcalde que fue de la misma, rico propietario y labrador. Hombre culto y de excelentes cualidades humanas, licenciado en Derecho, casó dos veces y no tuvo descendencia. Vivió en la casa nº 16.

      Antonio Ureba Muñoz Recibió este nombre en reconocimiento de la gran labor desarrollada por D. Antonio Ureba, del partido conservador y alcalde de esta Villa; promotor de obras públicas, arreglo de calles y construcción de la nueva fuente pública en 1919. Es popularmente conocida por calle de La Palma.

      Herrería Recibió su nombre por el establecimiento de herrería que existió en el comienzo de la calle. Antes fue conocida por la de la carnicería y el pueblo popularmente la llamaba la "calle del cuerno", sin duda por alguna relación con la antigua carnicería del Duque.Pascual Junquera El primer tramo de "la carrera larga" recibió el nombre de este médico conileño, todo un gran caballero, de gran humanidad y grata memoria de cuantos le conocieron. Recién nacido fue trasladado a San Fernando por los peligros que suponía la epidemia de cólera que entonces asolaba Conil. Allí fue criado y educado por sus tíos D. Pascual Bermejo, carabinero, y Dª Francisca Junquera Galindo quienes le dan los estudios de Medicina. Visitaba Conil pasando consultas en la posada de la calle la Virgen, sin cobrar, salvo a gentes pudientes. Fue coronel-médico de la Armada, estuvo en el hospital militar de marina en las islas Filipinas y desarrolló su vida profesional en el hospital de marina de San Carlos, en San Fernando. Murió al día siguiente de su intervención en una operación de la cual se salvó el paciente y él murió a consecuencia de la infección  producida por un corte de bisturí.

      Patronato de Raíces Conileñas

          De un grupo de conileños con inquietudes culturales nació "Raíces Conileñas" como asociación difusora de la historia, la cultura, el arte y las costumbres de Conil. La idea cuajó en torno a un museo etnográfico que vio la luz el año 1979 en la calle Hospital nº 4. En 1982 se traslada al  recinto del Castillo de Guzmán, cedido por el ayuntamiento.

          En la actualidad se rigen por un patronato municipal que preside el  Sr. alcalde gozando de una pequeña subvención municipal.

          El museo se abre al público sólo en verano, de jueves a domingo, y en él se han ido reuniendo numerosos objetos de la vida cotidiana de nuestros antepasados, tanto de la casa como de los distintos empleos en agricultura, ganadería, pesca, piezas arqueológicas y una colección de muebles de la época. Un museo que nadie debería dejar de visitar.

      El Archivo Histórico Municipal

          En una dependencia de la Casa de la Cultura se encuentra apilada la documentación que ha llegado a nuestros días, generada por la administración municipal a lo largo de los años. Esta documentación consiste fundamentalmente en las Actas capitulares, levantadas en cada reunión del ayuntamiento para tomar acuerdos.

          El periodo que abarca esta documentación va desde el año 1632 hasta finales de los años sesenta de este siglo. La documentación desde 1970 hasta hoy se encuentra dispersa por diversas dependencias municipales, en algunos casos en lamentable estado de conservación y en total abandono.

          La documentación histórica que se ha conservado es la que estaba encuadernada, todo lo demás se ha ido perdiendo. De los siglos XVII y  XVIII sólo se conservan Actas capitulares. Del siglo XIX las Actas capitulares a excepción del período comprendido entre 1824 y 1838 ambos inclusive y documentación varia como padrones del canon, presupuestos, listas de contribuyentes y algún que otro expediente. Del siglo actual se conservaban todas las actas capitulares hasta 1970 y material vario sin ordenar. También de este siglo se conservan las actas de la Comisión Municipal Permanente.

          Todo el trabajo de catalogación y ordenación está por hacer. Son una fuente primordial de conocimiento, pues en esa documentación se encierra gran parte de la historia de Conil.

          Una vez más ruego a las autoridades que presten a este asunto la atención que se merece.

      Archivo Parroquial de Santa Catalina

          Su documentación principal la constituyen los libros sacramentales de Bautismo y Matrimonio, los libros de Defunciones y toda la documentación de Colecturía.

          La documentación se inicia en 1535 y en lo que respecta a bautismos, matrimonios y defunciones se encuentra perfectamente ordenada, totalmente encuadernada y en admirable estado de conservación gracias a la labor realizada por el párroco D. Mateo Silva Romero.

          Con respecto a la documentación complementaria se conservan los expedientes matrimoniales de la mayor parte de los celebrados.

          La abundante documentación de Capellanías y Memorias de Misas son una  riquísima fuente de información compuesta por infinidad de copias de testamentos, escrituras fundacionales y libros cuadrantes de memorias y capellanías. Esta documentación complementaria se encuentra actualmente pendiente de su traslado al archivo desde la iglesia de la Misericordia.

          Actualmente, por iniciativa de D. Dámaso Piña, párroco de Santa  Catalina, se han realizado obras de remodelación del archivo parroquial, lo que ha venido a facilitar el estudio de tan voluminosa documentación, toda una joya para los investigadores de la historia local.

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